
Se va a apagando
la llama de una vela.
Ni el viento
ni soplo alguno
la atacó.
Se estremece,
la breve mecha
lucha por retenerla,
hoja de luz
que se hace punto
y se rompe,
se llora,
en un arroyo de humo,
minúscula bengala
de la muerte
con su sudario al vuelo.
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